jueves, 12 de febrero de 2015

Un partido de infarto

Hacia mucho frio. Me levanté con un ligero dolor en el pecho, pero lo achaqué a una mala postura al dormir. Desayuné lo de siempre, un Red Bull y un bollo. Todo muy natural y sano. Lo siguiente fue un cigarro.
Puse la televisión, eran las nueve y todavía quedaba una hora para la cita en el campo. Otro cigarro para acompañar la espera. Empecé a vestirme. Tengo cuarenta y seis años pero todavía disfruto poniéndome la ropa del futbol. Las medias, las espinilleras, las botas...Ese gusanillo que te recorre el cuerpo antes de jugar no me ha abandonado desde los ocho años.

Pero eso se acabó.

Cogí la bolsa de deporte, los balones y las botellas de agua. Mi mujer y mis hijos se quedaron en casa. Una vez leí que nunca te acuestes ni te levantes por muy tarde o temprano que sea, sin dar un beso a tus seres queridos. Yo ese día les besé.
Bajé al garaje. Antes de arrancar el coche, otro cigarro. Llegué al campo. Estuve hablando con amigos de otros equipos que estaban jugando. Nos reímos. Eran las diez y media. Último cigarro y al vestuario a cambiarme.

Hoy no voy a dar nombres de mis compañeros, para mi todos son importantes. El entrenador me dio la buena noticia, la mejor hasta ahora, "sales al principio". Alegría, cachondeo de los demás, frases como “hemos tirado el partido”, “menudo paquete”...típicos comentarios alentados por nuestro gran portero, una bellísima persona que incluso hace años tuvo que ser buen portero...actualmente sigue siendo sólo una bellísima persona.

Realicé el calentamiento, no noté nada raro. El problema estaba.

Comenzó el partido, otra vez el gusanillo actuó. Te sientes bien jugando, disfrutando de ese momento, los compañeros, la tensión, el frio, la adrenalina, la amistad.
Me sentía a gusto. Mi compañero número 10 estaba obsesionado en que persiguiera al 16, él es demasiado bueno para esos menesteres, claro.

Yo seguía corriendo sin problemas, pero el problema seguía estando.

Nuestros centrales subían a rematar los córneres ilusionados, creo que no han marcado uno desde que se inventó el fuera de juego.
Terminó la primera parte. El resultado es lo mismo. Vamos…que perdíamos.
El portero que había jugado al principio y yo nos reíamos en el banquillo, cosa típica en la Juve. Este portero suele ser reserva como los vinos, por su madurez en barrica y su calidad sobresaliente. Y ahí empezó todo.

El pecho empezó a doler. Tenia la sensación de que me estaban presionando con un instrumento de tortura. No podía respirar. El cuello me estallaba. Empecé a marearme y caí sujeto por el entrenador. Oscuridad.
Caras. Aquellos ángeles a mi lado dándome los primeros auxilios. Oscuridad. Los capitanes y los compañeros alrededor. Caras de médicos de amarillo. Voces. Tensión. Oscuridad. Color amarillo.
Ambulancia. “Se nos va…se nos va”. Dolor. Oscuridad. Voces. Vacío temporal. Otros ángeles con bata blanca y verde. Frio. Caras. Luces y frio.

“Javier”, “Javier”. Despierto. Abro los ojos.

Todo ha pasado, estoy vivo. Por fin veo a mi mujer. Alegría y lágrimas. Voy viendo a mis hijos, familiares, amigos, compañeros de trabajo...Ya no está oscuro. Todo es blanco. Color blanco que tendré que ir pintando a brochazos de vida poco a poco, día a día. Mensajes, llamadas, visitas al hospital. Cuidados, regalos, homenajes, compañía, cariño. La palabra que más he dicho estos últimos días es “gracias”.

Ahora empiezo una nueva etapa, desconocida, alterada, pero a su vez ilusionante y con grandes retos. Tranquilidad, calma, poder sentir las verdaderas cosas importantes. La familia, la amistad, las relaciones.
Fuera el tabaco. No he mencionado las células madre, pero eso es otra historia.

El futbol se terminó. Al partido que estaba jugando le falta disputar la segunda parte. A mi la vida también me ha regalado una segunda parte y voy a jugarla con todas mis fuerzas.

Carpe Diem





3 comentarios:

  1. Y todos los que te queremos estamos felices que hayas escrito esta fábula.

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  2. Sigue así, me ha emocionado. Y por eso te quiero tanto, con tus virtudes y defectos.
    Me despido de ti con el abrazo de una bellísima persona que ......

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