La historia de las personas es
como un gran papel en el que la vida va trazando líneas con su implacable
escuadra y su recto cartabón.
Empezó trazando líneas paralelas,
múltiples líneas paralelas. Cada una de esas líneas representaba la existencia
de una persona.
Millones de líneas se dibujaban
alrededor del planeta. Cada una
de esas líneas tenía su historia, su recorrido, sus vivencias, sus sentimientos. Eran paralelas, equidistantes, no se encontraban con ninguna otra línea.
de esas líneas tenía su historia, su recorrido, sus vivencias, sus sentimientos. Eran paralelas, equidistantes, no se encontraban con ninguna otra línea.
Cuando el papel se llenó de líneas y no se podía dibujar más, la vida
empezó a trazar líneas transversales que cruzaban las paralelas.
Se empezaron a mezclar las experiencias de unos y de otros, comenzaron a
compartir gustos, fobias, sentimientos, pasiones, amores, odios.
Se dieron casos curiosos con los
ángulos que formaban las líneas paralelas y las transversales, creándose
ángulos especiales por pares. Éstos empezaron a formar parejas, hombre y mujer,
hombre y hombre, mujer y mujer.
Todas las líneas empezaban a
interrelacionarse y a tener líneas chiquititas que se trazaban ellas solas por
toda la superficie del papel.
Se mezclaron tanto, que un tal
Thales pensó un teorema sobre la proporcionalidad de los segmentos que se crean
al cruzar una línea transversal con tres líneas paralelas.
Todo esto complicó la existencia
de las líneas jóvenes que iban a la escuela de líneas, teniendo que estudiar
estos teoremas y otros en su etapa de estudiantes.
Algunas paralelas que se habían
cruzado con otras líneas, por una razón inexplicable se separaron.
Pasaron los años y la vida
caprichosa volvió a juntarlas. Convivieron con su transversalidad, pero su
tendencia innata de líneas paralelas hizo que volvieran a adquirir su condición.
Cada una de esas líneas siguió su
camino paralelo en superficies paralelas, las cuales se mantenían siempre a la misma distancia y sin tocarse
nunca.
Sólo el cartabón y la regla de la
vida podrían volverlas a juntar, si su
mundo evolucionase de un sistema estable con unas condiciones fijas, a un
sistema caótico donde una pequeña variación en las condiciones iniciales, puede
llegar a hacerlo impredecible.
Definitivamente me quedo con la segunda moraleja, nunca se me dieron bien las matemáticas.
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